
¿Cómo viajar en el tiempo? Por ahora no podemos. Lo más parecido a viajar en el tiempo es descender por una ladera hecha de estratos rocosos, depositados por La Tierra hace millones de años, los más recientes sobre los más antiguos. A cada paso de ese descenso, retrocedemos siglos innumerables hacia edades cada vez más remotas, hacia capas de roca con fósiles más y más ancestrales. Lo más parecido a viajar en el tiempo es la geología.
El mundo de las rocas y los fósiles nos ayuda a aprender sobre nuestros propios orígenes. A los estratos podemos plantearles preguntas mayúsculas, como la siguiente: ¿cuándo surgió la vida? Una pista que sirvió para encaminarnos hacia la respuesta fue encontrada en Los Cortijos de Malagón, en los Montes de Toledo.
El sol de junio calienta pronto los olivares de un valle, cerca de una de las dos aldeas de Los Cortijos. Bajo el clamor de las cigarras, nuestra vista se dirige por casualidad a una piedra del olivar. Parece especial. La limpiamos un poco de polvo, la examinamos y descubrimos que contiene unas formas extrañas, como fragmentos de caparazones de color óxido, tan duros como la arenisca ocrácea donde están incrustados. Hemos dado con una porción de los »cementerios de trilobites» por los que fue nombrada esta localidad en los albores de la geología.
Más o menos en el mismo sitio, pero en los años 1850, dos fósiles de trilobites de este tipo fueron descubiertos por un pionero de la geología española, el ingeniero de minas Casiano de Prado. Se percató de que esas cabezas de trilobites eran muy especiales, porque las había hallado en estratos inferiores a los de cualquier otro fósil conocido hasta entonces en España. Por lo tanto, estaba ante los restos de vida más antiguos del país. Y no solo eso, sino del oeste del continente europeo, como habría de comprobar pronto.
Por entonces, los fósiles más antiguos conocidos en el mundo consistían en trilobites y otros invertebrados marinos. Los había hallado el paleontólogo Joachim Barrande en la región de Bohemia, cerca de Praga. Barrande llamó a estos fósiles »fauna primordial» y pensó que representaban ni más ni menos que los primeros seres vivos del planeta. En seguida otros paleontólogos se pusieron a buscar los restos de esta fauna primordial en diferentes países. El propio Barrande examinó los fósiles de Los Cortijos y pensó que pertenecían a esta fauna; junto a su colega Verneuil, Barrande describió a esos trilobites como una nueva especie, a la que llamó Ellipsocephalus pradoanus en honor a su recolector. Para entonces, fuera de Bohemia la fauna primordial había sido hallada tan solo en Inglaterra, Escandinavia y Norteamérica, así que su presencia en España ayudó a consolidar la idea de que dicha fauna existió por todo el mundo y situó a Los Cortijos de Malagón dentro de esta historia de la geología.

Hoy sabemos que la vida no surgió con la fauna primordial, sino mucho antes. Pero Barrande, en cierto modo, acertó, porque los primeros animales más o menos complicados, como los trilobites y los moluscos, hacen su aparición más antigua en los estratos de esta fauna, los del periodo que ahora denominamos Cámbrico. Antes del Cámbrico hubo algunos invertebrados muy sencillos, y antes de ellos un largo preludio de microbios y algas, que duró miles de millones de años. ¿Por qué los animales tardaron tantísimo tiempo en aparecer? Abundan las conjeturas y escasean las certezas..
Sabemos que los trilobites que encontró de Prado vivieron a principios del Cámbrico, hace más de quinientos millones de años, cuando muchas estrellas que hoy brillan no se habían encendido todavía. Desde aquellos tiempos la evolución ha seguido su camino lento y maravilloso, dándonos el espectáculo de la vida en toda su inmensa variedad. Y una de las pistas que nos ayudó a descifrar su historia permanece muda al pie de los olivares, en un valle de los Montes de Toledo, ignorada por los habitantes de un mundo que procede del suyo.
Referencias:
– El trabajo original de Casiano de Prado, Verneuil y Barrande: Mémoire sur la géologie d’Almaden, d’une partie de la Sierra Morena et des Montagnes de Tolède, par M. Casiano de Prado; suivi d’une description des fossiles qui s’y recontrent, par MM. de Verneuil et Barrande. Extrait du Bulletin de la Société Géologique de France, 2ª série, t. XII. Paris, Imprimerie de L. Martinet, Rue Mignnon, 2. 1855.
– Gil Cid, D., García Rincón, J.M., Mora Núñez, M. 2011. El Cámbrico Inferior de Castilla-La Mancha (España): actualización y coordinación de los yacimientos con trilobites. Dugesiana 18, 45-64.
– Liñán, E. y colaboradores. 2020. The lower Ovetian Stage (lower Cambrian Stage 3) trilobite zonation in Spain and correlation with West Gondwana. GFF 142: 100-114.
– Riart, O.P., Fabre, M.G., y Martínez, L.M. 2006. La aportación del ingeniero de minas Casiano de Prado (1799-1866) a la teoría de la “Fauna Primordial” de Joachim Barrande (1799-1883). Boletín Geológico y Minero 117, 441-455.
