Un camino estropeado me condujo por campos polvorientos de viña y rastrojo, poco después de salir el sol. Al sureste blanqueaba el pueblo de Torralba de Calatraba; al norte ondulaban las estribaciones más meridionales de los Montes de Toledo, más allá de los carrizales de las Tablas de Daimiel. La motilla apareció por fin enSigue leyendo «Las motillas»