El engaño

¿Cómo pude sucumbir a sus trucos? Aquel rastrojo parecía de lo más normal, salvo por la presencia en él de casi una docena de urracas muy juntas, prestándole atención a algo. Mi cuaderno de campo registra que era la mañana del 23 de julio de 1998 y que el escuadrón de córvidos no estaba comiendoSigue leyendo «El engaño»